Desde nuestro humilde punto de vista en relación al tema de
que trata, somos de opinión:
Sin querer desmeritar ni oscurantecer
la larga trayectoria de su Eminencia Reverendísima Nicolás de
Jesús Cardenal López Rodríguez Arzobispo
Metropolitano de Santo Domingo Primado de América, desde sus inicios como
estudiante cuando cursó sus estudios en Roma hasta la ocupación de los más altos
grados dentro de la iglesia católica y
romana, así como su ascenso u orden como cardenal ha contado con la gracia y la
aquiescencia de los lideres o cesar de nuestro país, entonces gracia a estas
facilidades y a la comodidad con la que su eminencia maneja la iglesia le ha
dado una importante posición tanto nacional como internacionalmente.
Por otra parte los hechos hablan más que las palabras
como dicen un adagio popular pero no menos importante en el caso de la especie
en vista de que el prelado esta mas de lado de los poderosos que de los
infelices, los pronunciamiento del enviado
del Papa y un sacerdote proveniente de los dominicos, que es a su vez de donde
depende el mismo Papa, nos dan la ligera
impresión de que el que está mal aquí es el cardenal, toda vez que no tuvo la cortesía
de llamar a este sacerdote a su despacho o simplemente reunirse con él y externarle
su posición en razón a tal o cual tópico
es especial denota de su eminencia reverendísima
una falta de tolerancia excesiva hacia lo que debería ser su norte ya que se
trata de alguien que está a favor de la mayoría igualitaria de la sociedad que compone
la Republica Dominicana.
Es en esta tesitura que podemos entonces notar que están
más que claros los papeles o roles que debe jugar cada uno en esta etapa de la
fiesta de democracia y en medio del enaltecimiento de los valores y más aun de
los derechos fundamentales que tiene cada quien a hacer su trabajo, con apego a
las normas y costumbres que emulan la constitución, las leyes, los usos y las
costumbres de nuestro país.
Dicho esto podemos entonces implorar primero de Dios como
estandarte de los hombres en la tierra y luego de los que están llamados a
cumplir su palabra y su voluntad, emular el fiel cumplimiento y apego a los principios
y valores que poseen personas como el padre Serrano, discípulo aventajado del Papa
Benedicto XVI, padre de la Iglesia Católica y Obispo Emérito de Roma.
Pst. Jmv.-
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