viernes, 14 de febrero de 2014




Desde nuestro humilde punto de vista en relación al tema de que trata, somos de opinión:

Sin querer desmeritar ni oscurantecer  la larga trayectoria de su Eminencia Reverendísima Nicolás de Jesús Cardenal López Rodríguez Arzobispo Metropolitano de Santo Domingo Primado de América, desde sus inicios como estudiante cuando cursó sus estudios en Roma hasta la ocupación de los más altos  grados dentro de la iglesia católica y romana, así como su ascenso u orden como cardenal ha contado con la gracia y la aquiescencia de los lideres o cesar de nuestro país, entonces gracia a estas facilidades y a la comodidad con la que su eminencia maneja la iglesia le ha dado una importante posición tanto nacional como internacionalmente.

Por otra parte los hechos hablan más que las palabras como dicen un adagio popular pero no menos importante en el caso de la especie en vista de que el prelado esta mas de lado de los poderosos que de los infelices, los pronunciamiento del  enviado del Papa y un sacerdote proveniente de los dominicos, que es a su vez de donde depende el mismo Papa,  nos dan la ligera impresión de que el que está mal aquí es el cardenal, toda vez que no tuvo la cortesía de llamar a este sacerdote a su despacho o simplemente reunirse con él y externarle su posición  en razón a tal o cual tópico es especial  denota de su eminencia reverendísima una falta de tolerancia excesiva hacia lo que debería ser su norte ya que se trata de alguien que está a favor de la mayoría igualitaria de la sociedad que compone la Republica Dominicana.
Es en esta tesitura que podemos entonces notar que están más que claros los papeles o roles que debe jugar cada uno en esta etapa de la fiesta de democracia y en medio del enaltecimiento de los valores y más aun de los derechos fundamentales que tiene cada quien a hacer su trabajo, con apego a las normas y costumbres que emulan la constitución, las leyes, los usos y las costumbres de nuestro país.
Dicho esto podemos entonces implorar primero de Dios como estandarte de los hombres en la tierra y luego de los que están llamados a cumplir su palabra y su voluntad, emular el fiel cumplimiento y apego a los principios y valores que poseen personas como el padre Serrano, discípulo aventajado del Papa Benedicto XVI, padre de la Iglesia Católica y Obispo Emérito de Roma.



Pst. Jmv.-

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